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ANTONIO MAGRO NOGALES
Abogado[/fusion_text][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»4_5″ layout=»4_5″ spacing=»» center_content=»no» hover_type=»none» link=»» min_height=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»left top» background_repeat=»no-repeat» border_size=»0″ border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» padding=»» dimension_margin=»» animation_type=»» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″ animation_offset=»» last=»no»][fusion_text]
En los últimos tiempos, todo el mundo ha escuchado, visto o leído en los medios de comunicación noticias sobre la denominada “cláusula suelo”. Prácticamente a diario salen a la luz pública sentencias que resuelven sobre este asunto, fijando nuevos argumentos para todos aquellos que se vieron afectados en algún momento por esta condición general de la contratación y hoy quieren recuperar su dinero pagado de más.
Hasta hace sólo unos años, fueron muchas las entidades que establecieron una cláusula suelo en los préstamos que concedían. De esta forma, aun cuando el tipo de interés se pactaba con el cliente como variable (mediante la suma del diferencial más el índice de referencia) el banco se aseguraba siempre el cobro de un tipo mínimo. Así, tras el desplome de los índices a partir del año 2009 (y en especial el EURIBOR, que en la actualidad está incluso en valores negativos), todos los prestatarios pasaron a pagar un tipo fijo de interés, esto es, la cláusula suelo.
El carácter abusivo de esta cláusula radica en la incorporación de la misma al préstamo con el desconocimiento de los clientes. Se trata, por tanto, de una cláusula impuesta de manera unilateral, no negociada entre las partes, y falta de transparencia en su inclusión. La mayoría de los clientes comprobó que en su escritura se incluía un suelo cuando su recibo no bajaba y pagaba, cada mes, la misma cantidad. Sólo se entenderá que una cláusula no es abusiva cuando haya sido incorporada al contrato de manera entendible y transparente.
A día de hoy, tras la última sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, y tras la decisión del Tribunal Supremo de adaptar lo dictado por Europa a la jurisprudencia española, los consumidores y usuarios que se vean afectados por esta cláusula abusiva podrán recuperar todas las cantidades que hayan pagado en exceso desde el momento de aplicación del suelo, es decir, con carácter retroactivo.
El pasado 20 de enero se aprobó un Real Decreto-Ley por el que se pretende facilitar la devolución de las cantidades indebidamente satisfechas por el consumidor como consecuencia de la cláusula suelo. Las entidades de crédito deben implantar un sistema de reclamación para que las partes puedan alcanzar un acuerdo, sin perjuicio de la oportuna demanda judicial en caso de no prosperar la vía extrajudicial. Será muy importante, por tanto, determinar por el cliente la cantidad que pagó en exceso como consecuencia de la aplicación del tipo mínimo. Así se podrá contrastar con lo que los bancos le ofrecen.
Parece que, una vez más, la banca tendrá que asumir y pagar las consecuencias de los errores que en su día cometió, incluyendo, en este caso, una cláusula en los préstamos hipotecarios sin el consentimiento y conocimiento del cliente. La justicia, y no los bancos, siempre tiene la última palabra.
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